Salinas de Gortari regaló un cocodrilo disecado a Nayarit, pero ¿dónde se encuentra?
Desde 1989, el Museo Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Nayarit exhibe una pieza que ha capturado la curiosidad y la imaginación de muchos visitantes a lo largo del tiempo. Se trata de un cocodrilo disecado de 4.38 metros de largo, una pieza histórica que fue entrega al Gobierno nayarita por el entonces presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari.
Fue un 1 de noviembre de aquel año, durante una gira presidencial en Nayarit, cuando el entonces presidente municipal de Tepic, Remigio Rosales Vega, presentó el cocodrilo disecado como un regalo al presidente Salinas de Gortari.
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No obstante, la entrega del presente no se concretó como estaba planeado. El Estado Mayor Presidencial decidió rechazar el cocodrilo, ya que no cabía en el avión presidencial y debido a las normativas de conservación de especies silvestres de la época.
Cocodrilo disecado terminó quedándose en Nayarit
El cocodrilo, que había sido encontrado en el municipio de San Blas, en las costas del Océano Pacífico, terminó quedándose en el Palacio de Gobierno de Nayarit. Posteriormente, fue trasladado al Museo Regional en una festiva procesión que recorrió tres cuadras, atrayendo la atención de los habitantes locales.
De acuerdo con la ficha técnica del museo, el cocodrilo pertenece a la especie Crocodylus acutus, conocida como cocodrilo de río. Originalmente, medía 4.52 metros, pero la resequedad de su piel redujo su tamaño en 14 centímetros. Los cocodrilos de esta especie pueden medir entre 3 y 6 metros de longitud, siendo los machos generalmente más grandes que las hembras.
La especie Crocodylus acutus se distribuye desde el sur de Florida hasta el norte de Sudamérica, y en México se encuentra desde el norte de Sinaloa hasta Chiapas. En Nayarit, este tipo de cocodrilo habita en todos los municipios costeros y en algunos del interior, como San Blas, Bahía de Banderas y Compostela.
Con el paso del tiempo, el cocodrilo disecado sufrió daños debido a la interacción con los visitantes, quienes se llevaban trozos de su piel y colmillos como recuerdos. A pesar de estos daños, el cocodrilo sigue siendo una de las atracciones más notables del Museo Regional, no solo por su tamaño y su origen, sino también por la inusual historia que lo rodea.