Regidores en contra de invasión a banquetas y calles
Regidores del Ayuntamiento de Puerto Vallarta, Saul López Orozco y Juan Solís García, coinciden en la necesidad de frenar la invasión a banquetas y calles por particulares, principalmente en las colonias: Versalles, Emiliano Zapata, Díaz Ordaz, 5 de diciembre y Lázaro Cárdenas.
Con la intención de recuperar espacios públicos, amplían banquetas o peatonalizan calles, que finalmente se apropian restaurantes, bares y otros negocios, con sus mesas, sillas y hasta colocación de toldos y barandales, obstruyendo el paso de la ciudadanía.
Solís García recordó que recientemente en sesión de la comisión de Reglamentos y Puntos Constitucionales, que encabeza el regidor Eduardo Martínez, tocar ese tema varios de sus integrantes, acordando una reunión con el titular de Planeación Urbana:
“Para que nos explique esa situación, porque veo con preocupación.
En lo personal no estoy peleado con el progreso, pero que sea ordenado y que las áreas que se recuperen sean realmente para los peatones, los ciudadanos y no para la ampliación de un negocio, tomando la vía pública para su beneficio personal”, enfatizó su desacuerdo.
PEATONES TIENEN QUE TOREAR MESAS, SILLAS Y BARANDALES
Ponderaron el tema lo han tratado en varias comisiones edilicias; de hecho hicieron recorridos los de Inspección y Reglamentos, para constatar la problemática.
López Orozco, resaltó: “A luces…no cuentan con permisos estas construcciones, estas invasiones a la vía pública, ya se está llegando el punto en que se tiene que hacer una mesa estas comisiones para poder frenar esto”, advirtió.
Dijo que las obras invasivas no cuentan con permiso, incluso se llegan a clausurar.
“Pero se vuelven a abrir, porque supuestamente hay un programa.”
Indicó que hay un proyecto de trabajar en las vialidades, recuperando espacios supuestamente para peatones, y menos para los vehículos, pero aún no se ha concluido, además faltaría su socialización.
Puntualizó, falta homologar conceptos y proyectos, pues cada quien modifica las banquetas a su antojo, sin orden en sus dimensiones, y muchas veces sin priorizar al peatón, por lo que exigirá el libre acceso de la gente, como debe ser y no que tenga que estar sorteando mesas y sillas.