El impacto económico del calor
El calor extremo se alza como una amenaza tangible y creciente a nivel mundial, con impactos significativos en la economía y el bienestar social.
Según el Banco Mundial, se estima que para el 2050, las olas de calor podrían reducir la productividad laboral en más de un 7%, lo que se traduce en una pérdida de 5 mil 800 millones de dólares a nivel mundial. Además, la agricultura podría sufrir una disminución de hasta un 21% en su producción, mientras que el turismo podría perder hasta 350 mil millones de dólares.
A nivel global, las olas de calor han reducido la producción de riqueza en 0.6 puntos porcentuales. Se proyecta que para el 2030, el mundo podría experimentar una disminución del 2.2% en las horas de trabajo, equivalente a una pérdida de 2.4 billones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB).
El calor es un elemento cotidiano de la vida en la bahía, sin embargo, cada año oímos hablar del calentamiento global y más recientemente del cambio climático. Para muchos la solución es tener un aire acondicionado en la casa, en la oficina, en el carro y ya. Pero para la mayoría significan meses y meses de condiciones extenuantes que pueden costarle la vida.
Durante abril y los primeros días de mayo de 2024 se han vivido apagones. Finalmente, el Centro Nacional para el control de energía (CENACE) anunció que está en estado de emergencia. Es decir, que la capacidad de producción es apenas superior en algunas regiones y en otras ya no es suficiente para hacer frente a la demanda. Aunque es cierto que, en varias partes del país, incluso en la Ciudad de México, han tenido varios récords en cuanto a las temperaturas, todavía no llegamos a la etapa crítica del clima. El verano recién comienza en poco más de un mes, el 21 de junio, y la canícula todavía es más adelante.
¿Estamos condenados a soportar el calor y a enfrentar la caída de la producción eléctrica en el país? Durante la década anterior hubo un impulso desde la política pública para incentivar la producción de energías limpias, durante el periodo 2018-2022 este impulso alcanzó para superar el futuro que ya nos había alcanzado. En 2023 y 2024 regresaron los apagones, y ahora acompañados con políticas públicas que están en contra de las energías limpias y que se han enfocado en empoderar a la vieja CFE a toda costa.
La iniciativa de la Agencia Internacional de Energía para lograr que al menos la mitad de las energías sean limpias para el año 2050, postula cinco recomendaciones para que los países logren cumplir con su compromiso. Todos los consejos se enfocan en políticas públicas que incentiven la producción de energía solar, que fomenten la inversión y el comercio de este tipo de tecnología. En el caso, México es más crítico, siendo considerado como el quinto país con mayor potencial para la producción de energía solar durante todo el año. En México la energía solar representa cerca del 10% de la generación de energía nacional y las energías limpias un 30%.
¿Qué se puede hacer? Un proyecto que está funcionando a nivel mundial son las comunidades solares. Actualmente al menos 25 estados de la unión americana están discutiendo leyes para incentivar estos proyectos. Es decir, que las comunidades pueden invertir en instalaciones fotoeléctricas que generen y distribuyan en la red pública la energía solar. De esta manera se logran grandes ahorros por la compra a gran escala de materiales como paneles solares. De igual forma se ahorra con un mantenimiento concentrado en lugar de muchos pequeños servicios.
En Bahía de Banderas se puede lograr crear una capacidad instalada y ahorros si algunos gremios clave se asociaran para invertir en instalaciones fotoeléctricas a gran escala. Se puede aprovechar que en la región se promedian más de 300 días de sol intenso al año. Para la mediana y pequeña empresa, así como el consumo doméstico, también se podría buscar asociaciones para atraer más firmas de paneles que tengan mejores costos. La capacidad instalada de electricidad es todavía una opción, pero para una región que tiene actividades económicas intensivas que requieren de mucha energía eléctrica, se debe prevenir antes de que empecemos a vivir los apagones.
Es fundamental que las empresas desarrollen estrategias para mitigar los efectos del calor extremo en la economía. Esto incluye medidas como la diversificación de cultivos, la implementación de prácticas agrícolas más resilientes, la eficiencia energética, la transparencia y divulgación de los riesgos financieros relacionados con el clima, la inversión en innovación y tecnología climáticamente inteligentes, y la colaboración público-privada.