El desafío del cubrebocas
Hasta un breve vistazo a las últimas noticias al respecto para darnos una idea de la situación:
- El alcalde de Tultepec, Estado de México, Marco Antonio Cruz Cruz, junto con varias cuadrillas de trabajadores repartió cientos de cubrebocas a los ciudadanos en el tianguis que se instala cada miércoles en el centro del municipio: “Estamos convencidos de que usar cubrebocas de manera correcta ayuda a reducir el riesgo de contagio por COVID-19”, afirmó el presidente municipal. (Página H. Ayuntamiento de Tultepec, 23 de julio 2020)
- En la cumbre europea la semana pasada, todos los jefes de Gobierno, sin excepción, usaron cubrebocas y se saludaron con el protocolario codo y a distancia. (El Financiero, 28 de julio 2020)
- Italia aplica multas de mil euros a quien no use cubrebocas ante el coronavirus: La medida busca ser tan ejemplar que si una persona no utiliza esta protección, las autoridades pueden llegar a paralizar por completo el transporte público de autobuses y trenes. (Milenio, 28 de julio, 2020).
- “Donde no usan cubrebocas y hay multitudes, la pandemia no disminuye”: Organización Mundial de la Salud. (Forbes, 27 de julio 2020).
- Cabildo de Los Cabos aprueba el uso obligatorio de cubrebocas en áreas públicas. Al respecto, la presidenta municipal afirma que es una medida congruente y se pone por escrito para poder proceder conforme al Bando de Policía y Buen Gobierno; además, se buscará dotar a la ciudadanía con cubrebocas, para que puedan cumplir con lo estipulado y no exista sanción alguna. (Tribuna de Los Cabos, 28 de julio de 2020).
- California inicia campaña para promover el uso del cubrebocas, y se hace obligatorio su uso en el estado. (Voa Noticias, 3 de julio 2020)
- Andrés Manuel López Obrador: “No uso cubrebocas porque López-Gatell no lo recomienda; además no hay evidencia científica que pruebe su eficacia para frenar los contagios de coronavirus”, (Reporte Índigo, 24 de julio de 2020).
Sin duda puede ser molesto, antiestético, incómodo, pero todo indica, querido lector, que sin usar esta sencilla prenda nos exponemos y exponemos a los demás a un contagio que pudo haberse evitado y que puede ser mortal.
No esperemos que terceros vengan a cuidarnos. Cuidémonos nosotros y rehuyamos a la gente que anda por la calle haciendo gala de su ignorancia, de su negligencia o de su franca estupidez, ya sea un vecino, un familiar, un chofer, un mesero, un compañero de oficina, el dependiente en un comercio, o un presidente de la República. Cuidémonos. Nos va la vida en ello.