¿Por qué Guanajuato se convirtió en el estado con más homicidios?

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El estado de Guanajuato está en medio de la discusión nacional en México, tras registrar la peor masacre ocurrida este año en el país. El pasado 1 de julio, un grupo armado asesinó a 27 e hirió a cuatro personas que se encontraban en un centro de rehabilitación para adictos en Irapuato.

El brutal ataque al centro de rehabilitación ‘Recuperando mi Vida’ no es un hecho aislado en este próspero estado del centro del país, que antes era considerado relativamente pacífico en medio de las violentas escenas que registraban diariamente otras entidades como Baja California, Chihuahua, Guerrero y Colima. El pasado sábado 6 de junio, un grupo armado asesinó a 10 personas que se encontraban en otro anexo contra las adicciones en Irapuato.

El secretario de Seguridad Pública de Guanajuato, Alvar Cabeza de Vaca, explicó ante el Congreso local el pasado 26 de junio que estos centros contra las adicciones, que operan de manera irregular, “pertenecen también a la delincuencia”. El funcionario aseguró que los usuarios cometen algunos delitos y se esconden en estos sitios. “Su lugar de resguardo es el propio anexo y por eso el grupo rival va y ataca [estos] anexos”, dijo. 

Según el secretario de Seguridad Pública del estado, nueve de cada diez homicidios cometidos en Guanajuato están vinculados con el crimen organizado y se atribuyen a la “pugna” que tienen “dos organizaciones”. Pero, ¿cómo es que la entidad con casi 6 millones de habitantes, sin ser un territorio fronterizo ni uno propicio para la producción de drogas, se convirtió en el estado con más homicidios del país?

Víctor Sánchez Valdés, investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), explica en entrevista que lo que ha detonado el incremento inusitado de la violencia en Guanajuato se debe a “la disputa por el control del mercado del robo ilegal de combustible”.

“La disputa por el control del mercado del robo ilegal de combustible en el estado es el que ha detonado este incremento inusitado de la violencia”.
 

Sánchez Valdés refiere que la disputa entre la organización criminal regional conocida como Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), considerado el de mayor crecimiento en México, fue el detonante de estos niveles alarmantes de violencia. Esto, sumado a la acción de las autoridades para combatir a ambos grupos criminales, que si bien tiene una lógica de desarticularlos, “tiene a generar, por su propia naturaleza de coercibilidad, que haya violencia”, dice.

La pelea por el ‘huachicoleo’

Para entender por qué dos organizaciones criminales se pelean a sangre y fuego el estado de Guanajuato, basta con ver el multimillonario negocio detrás del robo de hidrocarburos en México —una actividad conocida como ‘huachicoleo’—. 

Entre 2016 y 2018, Petróleos Mexicanos (Pemex) estimó las pérdidas por el ‘huachicoleo’ en 147.000 millones de pesos (unos 6.432 millones de dólares). Según el último reporte de la petrolera, de las 12.581 tomas clandestinas que identificaron en todo el territorio en 2018, al menos 1.547 se encontraban en Guanajuato.  

Sánchez Valdés explica que el robo de combustible se ha convertido en el segundo ingreso de las organizaciones criminales en México. En el caso del Cártel Santa Rosa de Lima, esta actividad representa alrededor del 90 % de los recursos del grupo. 

Con estas millonarias ganancias derivadas del robo de combustible, el Cártel Santa Rosa de Lima y su líder, José Antonio Yépez, alias ‘el Marro’, han desarrollado una importante capacidad de fuego, han cooptado autoridades locales, financiado campañas políticas e incluso han construido una base social —con la entrega de apoyos en las comunidades rurales de Guanajuato— que les ha apoyado cuando las fuerzas de seguridad federales han estado muy cerca de capturar a los principales miembros del grupo criminal, incluido ‘el Marro’.

La disputa entre el Cártel Santa Rosa de Lima y el CJNG ha aumentado dramáticamente la violencia en la entidad, refiere el especialista. En 2015, Guanajuato registró 863 asesinatos, y cuatro años después, triplicó el número absoluto de homicidios dolosos, con 2.775 expedientes abiertos por este delito. La tasa de asesinatos por cada 100.000 habitantes pasó de 14,55 a 44,95 en este período. 

En lo que va de 2020, la situación de seguridad no ha mejorado en Guanajuato, ya que registra el mayor número de asesinatos en el país. Entre enero y mayo de este año, la Fiscalía estatal abrió 1.405 investigaciones por homicidios doloso, lo que representa el 11,53 % del total contabilizado por las autoridades en este período. 

Para el investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, las autoridades federales y estatales han realizado esfuerzos para reducir el robo de combustible en Guanajuato y para atacar a la estructura del Cártel Santa Rosa de Lima, lo que, “sin duda, ha golpeado a la organización”. 

La “piedra en el zapato”

No obstante las detenciones de algunos colaboradores de ‘el Marro’, incluyendo Armando N., alias ‘el Miclo’, el segundo al mando del Cártel Santa Rosa de Lima, el grupo criminal ha respondido con suma violencia. 

Tras la detención de tres familiares de ‘el Marro’, incluyendo su madre, una hermana y una prima por delitos de narcomenudeo, el líder del cártel de Santa Rosa de Lima amenazó al Gobierno mexicano con ser su “piedra en el zapato”.

Aunque la madre de Yépez después fue liberada por falta de pruebas en la acusación, ‘el Marro’ dejó claras sus intenciones de desatar más violencia contra las autoridades.

El madrugada del lunes 29 de junio, tres policías municipales de Silao fueron asesinados. En un video difundido en redes, ‘el Marro’ se atribuyó el atentado contra los uniformados porque presuntamente habían instalado un retén para detener a su madre, minutos después de que salió del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Puentecillas, en Guanajuato. 

“La posición del Cártel Santa Rosa se ha debilitado y eso lo ha hecho más violento”, dice Sánchez Valdés. Para el especialista en seguridad, el ataque armado al centro de adicciones de Irapuato lo que busca “es sembrar terror, afianzar posición y tratar de demostrar fuerza”, sin importar que la estructura del grupo de ‘el Marro’ “haya recibido golpes muy importantes”. 

A los dos días de la masacre en el centro de rehabilitación ‘Recuperando mi Vida’ de Irapuato, cinco elementos del Mando Único de la Secretaría de Seguridad Pública fueron asesinados por un grupo armado durante una emboscada en una carretera de Apaseo El Alto. Hasta el momento, las autoridades no han informado quiénes son los autores del atentado. 

Aunque el Gobierno mexicano ha logrado debilitar a la principal organización criminal de Guanajuato, Sánchez Valdés considera que además de detener a ‘el Marro’, las autoridades deben centrarse en “arrestar a la mayoría de sus operadores”, en “cercenar las fuentes de ingreso” del Cártel Santa Rosa de Lima y en implementar programas sociales en las comunidades en donde el grupo ha sentado una importante base social. 

Junto con estas acciones, el especialista recomienda que las autoridades se centren en perseguir los delitos que más lastiman a la sociedad, incluyendo la última masacre en Irapuato. Hasta ahora, las autoridades han detenido a tres sospechosos de haber participado en el ataque del 1 de julio.

Sánchez Valdés recalca que en caso de que el Cártel Santa Rosa de Lima pierda fuerza o desaparezca, su lugar podría ser ocupado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, el grupo criminal más grande de México, con presencia en Estados Unidos, América Latina, Europa, África y Asia.

Cuestionado sobre si este nuevo liderazgo en Guanajuato podría tener implicaciones en los niveles de homicidios en la entidad, el especialista concluye: “Lo más probable es que se asentaría un dominio, y disminuirían, aunque parezca paradójico, los niveles de violencia”.

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