Teatro de las Bellas Artes

0
960
Carlos Rojas Magnón

Una noticia contradictoria “La Agencia Federal de Aviación Civil, está ahora en manos de militares”

La obsesión de López Obrador de responsabilizar u ofrecer todos los puestos públicos que corresponden a la sociedad civil al ejército, como si eso fuera garantía de éxito, ha sido una lacra para el país y ha dañado al ejército en sus funciones que marca la Constitución y en su imagen.

El ejército siempre ha sido una institución respetada por todos los mexicanos, y al darle funciones que no le corresponden lo ha hecho blanco de críticas y ha dañado su prestigio.

¿Es este caso de la aviación civil, que tiene que hacer el ejército en esa oficina? Como su nombre lo dice es un área de la sociedad donde el ejército no tiene nada que hacer ni está involucrado en su función ni conoce la finalidad de esa oficina.

Desde luego que el ejército participa en ayuda en desastres naturales y funciones de seguridad, pero la política de “abrazos y no balazos” promovida por el presidente en turno, ha deteriorado enormemente al respeto al ejército, al grado de secuestrar soldados, robarles sus armas, vejarlos e insultarlos.

Este deterioro ha sido en este régimen, donde se ha desvirtuado la imagen y prestancia que caracterizaba al ejército en años anteriores.

Pregunta: ¿qué opinan las élites militares de este deterioro de su imagen y prestancia?

¿Qué opinan los cadetes del H. Colegio Militar abriendo cajuelas en carreteras o persiguiendo ladrones de gasolina?

¿Qué opinan los soldados que son vejados y agredidos de no poder defenderse con sus armas?

Por orden superior andan cargando su rifle M16, y no lo sueltan, pero tienen prohibido usarlo.

Pero eso sí, no estamos militarizados, según opinión del presidente en turno, donde las aduanas, puertos, aeropuertos, tráfico aéreo, construcción, distribución de medicinas, injerencia en la guardia nacional, y otras tantas funciones completamente ajenas a ejército mexicano, desmienten esa afirmación.

A ese paso, sólo le falta que les dé organizar el programa del

“Teatro de las Bellas Artes”

Autor

EtiquetasOpinión