Nearshoring turístico, ¿a dónde va la inversión inmobiliaria?
El turismo de negocios en México registra un fuerte crecimiento impulsado por la relocalización, ya que las empresas buscan acercar la logística de fabricación y la cadena de suministro, cuya tendencia será de largo plazo. A partir de la recuperación de la pandemia, junto con el conflicto bélico en Rusia y Ucrania, se ha propiciado la inversión en nuestro país más allá de lo pronosticado hace dos años.
El crecimiento del nearshoring en México no solo atrae a empresas que buscan relocalizarse, sino también a pequeños inversionistas que encuentran en el sector inmobiliario industrial una oportunidad rentable. Es de dominio público el dicho de “invierte en inmuebles no se devalúan”.
La pandemia cambió la forma de vivir, comunicarnos, experimentar e invertir, dio pie al nearshoring turístico que ha tomado impulso en los últimos tres años hasta, incluso, dejar sin inventario residencial a varios destinos de México ubicados principalmente en las playas, lo que plantea un nuevo panorama inmobiliario y una arista más de la relocalización de la inversión turística.
La adquisición de inmuebles en México por parte de extranjeros no es solo para vivir, trabajar desde casa o descansar; a estos usos se ha sumado la inversión ya que actualmente la adquisición de un inmueble representa una rentabilidad (los nómadas digitales tienen que ver en esta opción), no solamente en la plusvalía sino en la renta, generando un retorno importante que permite incluso el pago de un crédito, en caso de acceder a uno.
Los nuevos aventureros o nómadas digitales han descubierto la libertad de trabajar en línea mientras exploran diferentes lugares del mundo. México, con su rica cultura, hermosos paisajes y creciente infraestructura digital, se ha convertido en un destino popular para estas personas, convirtiendo al país en una oportunidad inmobiliaria que actualmente está centrada en 985 mil habitaciones hoteleras y 300 mil viviendas vacacionales en México, además de co-workings, meetups y eventos diseñados específicamente para conectar a estos profesionales itinerantes.
Este fenómeno de nearshoring turístico o relocalización de la inversión se está dando no solamente por parte de extranjeros. Actualmente muchos mexicanos de poder adquisitivo moderado encuentran esta oportunidad como un buen mecanismo de inversión con una rentabilidad atractiva a través del cada vez más popularizado mecanismo de “administración de propiedades” ofrecido por plataformas como airbnb, vrbo, así como agencias de viajes digitales, e incluso empresas especialmente diseñadas para dar este servicio volviendo cuartos de hotel a los inmuebles rentados para residencia en cortos o largos periodos de tiempo.
México será uno de los principales beneficiarios del nearshoring, por el reacomodo global de las cadenas de suministro y su relocalización en Norteamérica, el mercado más grande del mundo, así como por el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Lo anterior está apalancado por los fundamentales de México que motiva a los desarrolladores a emprender nuevos proyectos inmobiliarios del sector industrial, el cual ha registrado tasas de ocupación récord en los principales mercados, cercanas a 98 por ciento. En los próximos seis años se augura un crecimiento sostenido para el país, el reto será lo venidero en la próxima década, es momento hoy de hacer nuestra tarea para construir los cimientos del crecimiento económico en los siguientes 20 años.
En este nuevo contexto tenemos a una gran industria con derrama económica importante que permite reinventar, así como activar sectores como construcción, empresas de suministro de turismo y actividades, servicios de administración, plataformas digitales, educación, infraestructura, mecanismos de cobranza y dispersión, etc. Por eso, cuando pensemos en grandes industrias que crecerán con el Nearshoring, debemos pensar en la industria del turismo y la relocalización de la inversión inmobiliaria. La oportunidad está del lado del empresariado pero sobre todo del gobierno que considere a la iniciativa privada como un aliado estratégico en la generación de empleos más que el enemigo a vencer. Las inversiones requieren de certeza jurídica y agilidad en los trámites, esto es un Estado de Derecho.