¡Al fin, se descalifica a las mareadas “calificadoras”: ¡Gracias presidente!

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México R. Cervantes

Ya como arbitrador de Obrador, le doy gracias por denunciar el abuso de las paranoicas y voraces empresas parasitarias, que se dedican a treparse como telarañas en aparentes nubes, para desde una superior altura imaginaria, calificar y a la vez lucrar; sin que las demanden por daños y perjuicios. Tanto por el descrédito impuesto a las empresas como PEMEX, como por las grandes equivocaciones al encubrir las fallas, económicas de otras, ocasionando daños irreparables.

Las extorsionadoras, para lucrar, pretenden descalificar a la petrolera mexicana, al ocultar, que su endeudamiento fue una manipulación para quebrarla, de parte de una camarilla asociada con la voraz nación vecina del norte. Ha sido, una muy transparente guerra desde la recuperación para nuestro querido México, de su gran riqueza energética, que logró el mejor presidente del mundo, el militar con grado de general de división: LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO.

Hoy mismo, el gobierno más patriota, después de la presidencia cardenista, nos da la noticia de que sigue reforzando el pago de las deudas, ya que la misma empresa es el soporte de un gran porcentaje de aportes económicos para el gasto federal.

Más, las “calificadoras”, han sido muchas veces denunciadas y descalificadas; las fuentes de datos sobran, y pueden fácilmente empezar a documentarse, recurriendo por ejemplo a:  DW. “Críticas a agencias calificadoras”, RT.COM “Los traspiés de las agencias calificadoras: ¿Errores o…?, también en: BBB.COM  “Calificadoras de riesgo: un poder, sin bases y sin  límites?.

Por último, mis lectores, hay un gran parecido entre las “calificadoras” y las infames PATRAÑAS RELIGIOSAS, que llegaron desde la invasión a nuestro continente. Vivales, como corsarios, sólo que con cuentos de una enfermiza “supremacía“, someten a los más vulnerables, tanto en inteligencia, como en su muy limitada prevención para no ser saqueados, explotados y sometidos.

NADA MÁS Y NADA MENOS, Y NO ESQUIVEMOS EN SER AGRADECIDOS.

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