Rusia bombardea bases aéreas militares al oeste de Ucrania
Rusia efectuó el domingo un nuevo ataque masivo con misiles en Ucrania, contra bases aéreas situadas en el oeste del país, un día después de que drones ucranianos dañaran un petrolero ruso en plena tensión en el mar Negro.
La fuerza aérea ucraniana indicó que derribó 30 de los 40 misiles de crucero y la totalidad de los drones de fabricación iraní Shahed lanzados por Rusia durante la noche.
Ucrania asegura que Rusia también usó tres misiles hipersónicos Kinzhal, pero no precisó si habían sido derribados.
Las autoridades ucranianas no precisaron qué bases fueron impactadas, pero el Ministerio ruso de Defensa informó que había golpeado “bases aéreas de las fuerzas armadas ucranianas cerca de las localidades de Starokonstantinov, en la región de Jmelnitski, y Dubno, en la región de Rivne”.
“El objetivo del bombardeo ha sido alcanzado. Todos los objetivos han sido impactados”, subrayó el ministerio en Telegram.
La región de Jmelnitski, en el oeste de Ucrania y a cientos de kilómetros del frente, alberga una importante base aérea y es regularmente blanco del ejército ruso.
Según un responsable de la administración de la región, Sergiy Tyurin, Jmelnitski fue atacado tres veces desde el sábado por la noche.
“Hubo una serie de explosiones”, que dañaron varios inmuebles, la estación de tren y otros edificios, informó en Telegram.
Los bombardeos también alcanzaron un almacén de desechos de maíz, provocando un incendio que destruyó el edificio. Un empleado resultó herido, precisó Tyurin.
Constructor aeronáutico
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ya había advertido el sábado que se estaban produciendo bombardeos en la región de Jmelnitski.
También dio parte de otros ataques contra las instalaciones del constructor aeronáutico Motor Sich, una de las empresas controladas por el gobierno ucraniano desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania en febrero de 2022.
La sede del grupo, considerado de “importancia vital” para el esfuerzo de guerra, ya que construye motores de aviones y helicópteros, está en Zaporiyia, región del sur de Ucrania ocupada parcialmente por las fuerzas rusas.
El dirigente ucraniano también aseguró que las tropas rusas bombardearon un centro de transfusión de sangre en Kupiansk, una ciudad cerca del frente en el noreste de Ucrania. El ataque dejó “dos muertos” y varios heridos, precisó.
Del lado ruso, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobyanin, informó el domingo que la defensa antiaérea había derribado un dron que se acercaba a la capital rusa.
Moscú fue blanco de varios ataques con drones en las últimas semanas. Uno de ellos incluso dañó un edificio de oficinas en el distrito de negocios de la ciudad.
Los bombardeos de este domingo se producen al día siguiente del ataque perpetrado por Kiev contra un petrolero ruso en el estrecho de Kerch.
El ataque perturbó temporalmente el tráfico del puente estratégico que une Rusia con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Reunión en Arabia Saudita
Las tensiones se multiplican en el mar Negro desde que Rusia se retiró a mediados de julio del acuerdo que permitía a Ucrania exportar granos por esa vía marítima.
Mientras Rusia bombardeó varias veces infraestructuras portuarias ucranianas en el mar Negro, Ucrania atacó buques rusos en esa misma zona y en la península de Crimea.
En el ámbito diplomático, Arabia Saudita, que busca aumentar su influencia mundial, acogió el sábado una reunión sobre Ucrania, en la que Rusia no fue invitada.
A la cita, que tuvo lugar en Yeda, a orillas del mar Rojo, acudieron sin embargo potencias emergentes cercanas a Moscú, como China, India y Sudáfrica.
La reunión concluyó tras varias horas de discusiones a puerta cerrada sin ninguna declaración final.
Según Zelenski, la delegación ucraniana buscó impulsar su “plan de paz” de diez puntos, que incluye recuperar todos los territorios ocupados por Rusia, incluido Crimea.
Pero Celso Amorim, asesor de asuntos internacionales del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, subrayó que “cualquier negociación real” debía “incluir a todas las partes”.
El jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrii Yermak, reconoció en Yeda que las discusiones no fueron “fáciles” y que hubo “numerosos desacuerdos”.
Las tropas ucranianas lanzaron en junio una contraofensiva, con material militar y apoyo financiero de las potencias occidentales. Pero de momento, la campaña sólo logró recuperar un puñado de pueblos.