Google y su IA Bard: ¿un rival de peso para ChatGPT?

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En un intento por competir con el éxito de ChatGPT de OpenAI, Google ha dado a conocer su propia inteligencia artificial generativa llamada Bard, pero su revelación ha estado rodeada de controversia debido a las políticas de privacidad de la compañía.

Bard es la respuesta de Google a ChatGPT de OpenAI, una herramienta que ha ganado popularidad y ha cautivado a más de 100 millones de usuarios en solo dos meses.

Pero la polémica que rodea la nueva inteligencia artificial está relacionada con sus términos y condiciones, aunque anteriormente la política de privacidad de Google permitía el uso de información pública para mejorar servicios como Google Translate.

Sin embargo, la última actualización de la política ha ampliado aún más esta práctica, permitiendo que se recopile información pública en línea y de otras fuentes para entrenar los modelos de IA de Google, incluyendo Bard y las capacidades de IA en la nube.

Google utiliza datos públicos para entrenar su inteligencia artificial Bard

A diferencia de OpenAI, que entrena su modelo de lenguaje con una selección controlada de datos, Google ha optado por una estrategia más amplia, pues de acuerdo con su política de privacidad actualizada, Google utilizará cualquier dato público disponible en la red para entrenar a Bard y a otras tecnologías de IA en desarrollo.

Esta decisión ha abierto un profundo debate ético en torno al uso y desarrollo de las IAs generativas, ya que se cuestiona la utilización de obras de otros creadores y artistas en Internet, tanto en texto como en imágenes.

Además, con esta actualización en las políticas de Google para el uso de Bard, los usuarios ahora también deben preocuparse por proteger su información personal de ser utilizada para entrenar inteligencias artificiales.

La capacidad de Google para recopilar información personal de sus usuarios es bien conocida, especialmente a través de sus servicios y productos.

La compañía ha recopilado datos sobre las búsquedas, los videos vistos, las compras en línea, las interacciones y la ubicación de los usuarios. Si bien esta recopilación de datos se ha aceptado ampliamente, muchos usuarios no han leído detenidamente los términos y condiciones de los productos, servicios o aplicaciones de Google.

El desarrollo acelerado de IAs generativas plantea desafíos éticos y legales importantes, por ello, es crucial que las empresas establezcan políticas claras y transparentes para garantizar la protección de la privacidad de los usuarios y el respeto a los derechos de autor de los creadores, así como promover un uso responsable de la inteligencia artificial.

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