Antártida, la esperanza de la humanidad

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La Antártida

La Antártida es una de las regiones del planeta más vulnerables al cambio climático. Desde que dos rusos llegaron al entonces desconocido territorio de hielo en 1820, la mayor parte de sus visitantes fueron hombres. Esta ecuación se empieza a revertir con las expediciones anuales de 100 mujeres científicas durante 10 años. El último continente descubierto por el hombre y, hasta el momento, el menos modificado.

La Antártida cumple un gran rol en la lucha contra el cambio climático y es un ejemplo de diplomacia científica para el resto del mundo. En invierno, el continente blanco tiene una extensión de 14 millones de km², casi dos veces el tamaño de Australia, pero su territorio libre de hielo se reduce a solo 280.000 km² durante el verano.

Es el continente más alto de todos con una altitud media de 2.250 metros sobre el nivel del mar, elevándose hasta una altura de 4.987 metros. Es un desierto blanco, con un clima frío, seco y ventoso.

Las precipitaciones anuales no superan los 200 milímetros. Aproximadamente el 98 % de la Antártida está cubierto por hielo, que tiene un promedio de 1,9 kilómetro de espesor. La temperatura media es -50 ℃; sin embargo hay una amplitud termica de 40 ℃ entre invierno y verano, y en la costa las temperaturas medias rondan alrededor de –10 °C.

En la Antártida existen actualmente 65 bases de investigación pertenecientes a 30 países. Hay alrededor de 135 residentes permanentes, pero la cantidad de personas que viven de forma temporaria en las estaciones de investigación científica fluctúa entre 1.000 (en invierno) y 5.000 (en verano).

Siete países reclamaron territorios en la Antártida; algunas de estas zonas incluso se superponen (por ejemplo, la península que fue reclamada por Reino Unido, Chile y Argentina). Sin embargo, en este territorio también se encuentran bases científicas rusas, alemanas y chinas, entre otras, que evidencia el alto grado de cooperación y camaradería.

Fuente: sputniknews

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