Mujeres científicas en la Antártida para salvar el planeta

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Cientos de mujeres científicas de todo el mundo se están formando como líderes frente a la emergencia climática que enfrenta nuestro planeta. Se trata del proyecto de expedición de mujeres a la Antártida más grande de la historia.

A lo largo de 10 años, este proyecto promete formar a una red internacional de 1.000 mujeres de los cinco continentes con el objetivo de cambiar los modelos de liderazgo que nos llevaron a desconfiar de nuestros actuales líderes. Desde 2016, el programa global Homeward Bound está llevando a mujeres expertas en ciencia, tecnología, ingeniería, matemática y medicina a la Antártida para formarlas como líderes conscientes frente a la crisis climática que enfrenta nuestro planeta.

 

La cuarta camada del programa zarpó del puerto de Ushuaia, Argentina, el 22 de noviembre de 2019 llevando a 100 científicas, convirtiéndose así en la expedición de mujeres al continente blanco más grande de la historia. Representan 35 países desde Australia, India, Zimbabwe, Alemania, Costa Rica, Paquistán, Francia hasta Kenia, Argentina y Rusia.

Sus edades van de 23 a 70 años. Sus áreas de experticia incluyen biología marina, pediatría, oceanografía, geoquímica, ingeniería, guardaparques, diplomacia científica, manejo de desastres naturales, astronomía, política medioambiental y comunicación científica. También es extensa la lista con ejemplos de los temas que investigan: cambio climático, biodiversidad, ecosistemas marinos, ondas gravitacionales, protección de océanos, epidemiología, plásticos, ingeniería aeroespacial y salud pública, entre otros.

Si bien cada una había sido seleccionada por una razón, llevó al menos tres semanas conocer las historias de cada una y las razones personales para salir de la zona de confort y formar parte de este proyecto.

Cada una presentó su historia durante un simposio en altamar. Algunas eligieron darle un enfoque estrictamente profesional mientras que muchas se animaron a mostrarse vulnerables. Sin excepción, cada una generó una gran admiración.

La activista por los derechos humanos y presidenta del Fondo Mundial para las Mujeres, Musimbi Kanyoro, se enfocó en debatir temas como la diversidad y la inclusión. Muchas de las mujeres de Homeward Bound representan a grupos minoritarios como comunidades aborígenes, homosexuales o minorías étnicas que se sintieron sistemáticamente desplazadas del liderazgo y la toma de decisiones durante sus carreras profesionales. Musimbi hizo hincapié en nosotras debemos velar por traer a las mesas de discusión las voces de los grupos minoritarios, que somos privilegiadas por tener la posibilidad (y responsabilidad que eso conlleva) de ser escuchadas.

El rol de la mujer en posiciones de liderazgo no se puede discutir sin tratar el tema de la maternidad. Esto se discutió desde diferentes puntos de vista: mujeres que dejaron todo para ser madres, mujeres que hacen todo para proteger el futuro de sus hijos, aquellas que sienten que la sociedad las obliga a elegir entre ser madres o profesionales exitosas y aquellas que son juzgadas por su decisión de no traer hijos a este mundo.

También trabajamos en colaboraciones, especificando nuestros objetivos individuales y colectivos, lo que cada una tiene para ofrecer y en qué necesita ayuda. Un proyecto que la mayoría nos comprometimos a apoyar es una campaña para declarar la península antártica como Área Marina Protegida, algo que hasta el momento no se logró a pesar de la evidencia científica y que va a requerir de los contactos y experticia de cada una de nosotras.

Fuente: sputniknews