Reflexiones cotidianas: OngNamo, conciencia infinita

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Entre los yoguis sijs de la India se canta un mantra que dice: Ongnamo, gurudevnamo, que significa: invoco o me postro ante la conciencia divina y creativa, Invoco o me postro ante la sabiduría divina. Es una oración donde el hombre se rinde ante esa conciencia que es Dios, el infinito, el omnisciente, el único, pero también ante su sabiduría, que también es infinita.

Eso significa que todos los días debemos rendir ante esa conciencia y sabiduría porque con ello reconocemos que esa está también en nosotros, nuestra naturaleza real es divina, pero lo hemos olvidado. Nos hemos alejado de ella y buscamos repuestas o la felicidad afuera. Si nos reconectamos con nuestra esencia podremos acceder a esa sabiduría infinita, al amor, a la paz interior.

Uno de sus fundadores, Guru Nanak, quien nació en 1469 en un pueblo cercano a la ciudad de Lahore, como Bhajan, en Talwandi, hoy llamada NankanaSabih, desde su infancia destacó por su rechazo contra todo lo que consideraba supersticiones características del hinduismo y del islam. El sistema de castas, los rituales sangrientos o las prácticas radicales como los «sati» (inmolación de la viuda junto al cadáver de su marido durante la incineración). A esto Nanak le dio el calificativo de «abominaciones». Por este motivo, decidió ofrecer una alternativa al hinduismo y al Islam: el sijismo.

Guru Nanak, en uno de sus viajes de predicación se encontró en una ciudad donde habitaba otro Guru. Al enterarse de la presencia de Nanak fue a verlo. Cómo Nanak era joven aún, el gurú del pueblo se sorprendió y se dijo a sí mismo que ese no está listo para ser un gurú. Por ese motivo lo invitó a debatir sobre los libros sagrados llamados Vedas. Nanak asintió y quedaron en verse por la tarde en la plaza del pueblo. Cuando llegó la hora había muchas personas dispuestas a escuchar el debate. El Guru del pueblo fue el primero que dio una plática muy versada sobre la filosofía vedanta. Luego conminó a Nanak a replicar o dar otro discurso. Nanak pidió que le trajeran al hombre más tonto del pueblo. Le llevaron al aguador. Nanak pidió que le trajeran las viandas más ricas. Le dijo que comiera y cuando terminó, le tocó la cabeza con su bastón y Nanak le pidió que expusiera sobre los libros sagrados. El Aguador, para sorpresa de todos, dio un excelente discurso, mejor que el del gurú del pueblo. Este Guru no tuvo más opción que reconocer la capacidad de Nanak y se postró ante él. Lo que hizo Nanak fue despertar esa sabiduría interna que todos tenemos oculta. Guru Nanak dijo: es de verdad un brahmán (maestro) quien ve a brahmán (a Dios) en todos, quien es moderado y dedicado a Brahma, quien está establecido en una calma contenta, quien ha roto las cadenas y logrado la liberación. Un brahmán como este merece ser reverenciado.

Los Sijs pregonaban ese amor y devoción a Dios, como lo dijo el Gurú GranthSabith: «Oh espíritu mío, tú eres la encarnación de la luz, conoce tu esencia. Oh espíritu mío, el Señor está siempre contigo a través de la palabra del Gurú. Disfruta su Amor, conociendo tu esencia conoces a tu Señor y conoces el misterio de la vida y de la muerte».

Despedida

Esta será la última columna que se publicará en este importante diario. Este sábado próximo se publicará el último ejemplar impreso, después de 30 años de existencia en esta bahía. Los cambios tecnológicos obligan a realizar nuevas estrategias; es entendible puesto que los hábitos de lectura se han visto modificados por las nuevas tecnologías digitales. Ya son pocos los lectores de diarios impresos y eso dificulta la sostenibilidad de un medio impreso, que además de mucho esfuerzo y tiempo, el papel y la tinta ya son incosteables.

El diario no desaparece, pero seguirá con otro ropaje por internet. Esperemos que su nuevo tránsito sea fructífero y durable y quienes lo realizan usen el ingenio y la creatividad para posicionarse en las nuevas plataformas. Un abrazo a quienes dejarán de operar las máquinas de impresión, los diseñadores, prensistas, los distribuidores, voceadores, en fin. Fue un placer escribir mis reflexiones cotidianas sobre aquellos asuntos que se inspiraron en mi corazón, tratando de dar pequeñas porciones de luz que a mí me han servido para transitar por este mundo con una nueva visión. Gracias al empresario que permitió este espacio informativo y a los directivos, un abrazo.

 

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