Mujeres valientes en Tulum
Leonardo GarcÃa Tsao
Según se sabe, hace unos años existÃa el festival de la Riviera Maya que ofrecÃa una espléndida programación alternativa en este lado del Caribe. Pero un cambio en las voluntades polÃticas motivó la desaparición de dicho festival y los cinéfilos salimos perdiendo. Pero ahora resulta que quien lo dirigÃa, Paula Chaurand, no se dejó arredrar por las circunstancias y ahora ha creado el Fictu, primer festival internacional de cine de Tulum.
Una propuesta arriesgada, pues eso de colocarse a la cola del calendario supone una escasez de material qué exhibir. Sobre todo, hablando de cine nacional. Asà las cosas, el Fictu no ha conseguido estrenar ni una sola pelÃcula mexicana. Todo ya se habÃa visto en Morelia o en Los Cabos.
Otro problema es que la ciudad de Tulum no tiene salas cinematográficas propiamente dichas. La que más se acerca, un complejo llamado Los Amigos, no tiene butacas, sino que hay que sentarse en el suelo recargado en cojines. Las otras opciones son una proyección dentro de una gran palapa con sillas de madera en el hotel Papaya Project. O, la más cómoda, en un espacio al aire libre en el hotel Habitas, dotado de camastros y cojines. Como esto es territorio hipster, los asistentes jóvenes se han adaptado a esa forma inusual de ver cine.
Lo importante es que la experiencia algo rústica valió la pena, porque el programa, debido a un grupo de profesionales del cine, ofreció tÃtulos valedores. Por alguna casualidad (¿o fue una intención del programa?) me tocó ver varias pelÃculas protagonizadas por mujeres enjundiosas.
La mejor de ellas fue el documental irlandés Shooting the Mafia, de Kim Longinotto, centrado en la cojonuda figura de Letizia Battaglia, la primera mujer en Italia que tomó fotografÃas para un diario. Siendo habitante de Sicilia, Battaglia se especializó en retratar ejecuciones y escenas de duelo de la Cosa Nostra a riesgo de su propia vida. La directora nos cuenta la asombrosa vida de Battaglia empleando extractos de pelÃculas italianas, home movies y documentales, construyendo un retrato cabal de la mujer y su entorno. Lo que da susto es que la situación violenta de Palermo en los años 70 y 80 es un reflejo exacto de lo que está sucediendo en México.
Mientras Flatland, de la sudafricana Jenna Bass, es una curiosa mezcla de géneros, entre la road movie, el thriller, el western y la comedia que no tendrÃa por qué funcionar. Sin embargo, la directora lo logra gracias a su arrojo feminista. Las tres atÃpicas mujeres que conducen la acción le sirven para hacer comentarios incisivos sobre las polÃticas raciales y sexuales de su paÃs.
No podÃa faltar la pelÃcula sobre una transgénero. Lingua franca, de Isabel Sandoval es el relato quizás autobiográfico de cómo una mujer trans de Filipinas, interpretada por la propia Sandoval, consigue el amor y la ciudadanÃa en el clima hostil de Nueva York. Tal vez la situación se antoje algo idÃlica –el galán que ella consigue no reacciona mal cuando descubre su género–, pero los apuntes sobre la actual polÃtica trumpiana contra el inmigrante son válidas.
En fin, bienvenido sea el Fictu y ojalá encuentre otro sitio en el calendario que le permita ser más competitivo. Y un cine con butacas normales.