Tecla 7/6 Coincidencias fracturadas

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9/Jul/2019.Carlos Urzúa, en su renuncia, a Hacienda:

1.- “Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta Administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.

2.- “Aunado a ello, me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual Gobierno con un patente conflicto de interés”

21/Mayo/2019. Germán Martínez en su renuncia al IMSS:

1.- “Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”, expuso.

2.- “El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el “cargo” que el “encargo”.

Injerencias, imposiciones.

La percepción no parte de la oposición. Se trata de actores propios de la 4T que optaron por hacer un alto, y dar cuenta pública de su decepción y limitantes y contradicciones para no poder ir adelante en las responsabilidad misma de dos entidades de vital interés para el país.

En el IMSS se dio la renuncia por la presunta injerencia de funcionarios de Hacienda. Pero, ahora, con el giro de las cosas, en Hacienda el problema de la falta de coincidencias escala –y ya para escalar a Hacienda no es causa de menor sorpresa— se alude a “personajes influyentes”.

No hubo nombres directos de Carlos Urzúa, en su renuncia. Hubiera sido sano por parte de Urzúa, no obstante identificar, de ser, el “influyentismo”, cuando el discurso principal de la 4T se centra en contra de la corrupción e impunidad.

Hace apenas diez días que se celebraba el triunfo electoral concretado hace un año por la 4T.

Al triunfo electoral le ha caído la renuncia de Urzúa. Y, por supuesto, el obligado cuestionamiento del ¿qué pasa?

Una renuncia o la separación de un cargo, en cualquier estrato o sector, es parte de ejercicios diarios. Unos llegan otros se van. El punto es cómo, en una estructura que alienta cambios, sus propios personajes, cuestionan el aliento de los mismos.

Que al árbol se le sacuda y caigan frutos podridos, si. Pero, no se tienen elementos para considerar que Urzúa era una fruta en proceso de descomposición. No cayó por que lo quitaran o sacudieran. Es al revés, él ha sacudido el árbol.

Urzúa se tuvo que ir para sacudir “decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.

Que el árbol en tales considerandos lo hubieran pretendido sacudir, Calderón o Fox, ni al caso. Que decir, del PRI, del PAN o del PRD. El descontón hubiera sido de inmediato, “son fifís”.

Aquí no ha sido así.

Ni con Urzúa ni con Martínez, llegó lo del “fifí”.

No fue la oposición ni detractores.

Se ha tratado de altos en el camino, con coincidencias fracturadas. Si bien hace un año del triunfo electoral, de julio del 2018, en el ejercicio público no se ha cumplido ni un año.

No es por tal el peso que tiene una expresión tal de renuncia, cuando en el alto que se da se hace público el fundamento.

No fue el pecho, de Urzúa, bodega.

Ya hay quien sustituye a Urzúa, en tiempos mismos que hay urgencia de certeza. Se espera que las cosas vayan para bien y mejor en Hacienda. Se trata de una entidad pública vital para el desarrollo del país y la justa distribución de la riqueza. Si Hacienda es eficiente, se concreta en administración y generación de ingresos un mejor destino.

Tanta corrupción e impunidad, enterró el destino de generaciones enteras en medio de pantanos de saqueos, simulación. Sólo al ciudadano le quedó el hartazgo, el mentar la madre, al quedar sujeto a cadenas de deudas interminables y que después de lustros aún las nuevas generaciones siguen pagando, como la del Fobaproa, y sin saber por qué.

Urzua no renunció. Ha sacudido el árbol.

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