Efecto dominó: cómo la brutalidad policial desencadenó protestas
El asesinato de George Floyd, estrangulado por un policía en la ciudad estadounidense de Minneapolis, tuvo en enorme impacto no solo en Estados Unidos, donde se han celebrado protestas multitudinarias, sino también en otros países. Entre ellos, México y España. Sputnik explica qué tienen en común y cómo difieren las situaciones en los tres países.
Las manifestaciones en México fueron provocadas por el asesinato de Giovanni López, cometido por las fuerzas de seguridad. El 4 de mayo López, albañil de 30 años, fue detenido por la Policía municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el estado de Jalisco. El incidente tuvo lugar tres semanas antes del asesinato de George Floyd en EEUU, quien murió el 25 de mayo.
Un vídeo difundido en redes sociales registró parte de la detención de Giovanni López, donde se escuchan las protestas de los testigos por el uso excesivo de la fuerza policial. Las imágenes fueron las últimas de López con vida. Horas después, entregaron el cadáver a sus familiares.
Las protestas en México están dirigidas contra la brutalidad policial, pero no tienen tanta connotación antirracista como en Estados Unidos o España. Las manifestaciones tienen su propia razón —el homicidio de López— y tienen menos que ver con el asesinato de George Floyd. Pero, al mismo tiempo, sí es verdad que los acontecimientos en EEUU incitaron aún más a los mexicanos a tomar las calles.
Raíces de las protestas contra la brutalidad policial en México
En el caso de México la brutalidad policial no es tampoco nueva y había sido dirigida principalmente hacia las disidencias y la clase trabajadora en años anteriores, declaró en un comentario a Sputnik Aníbal García, el investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).
El caso de las recientes protestas por el asesinato de Giovanni, que salió sin cubrebocas, tiene que ver con lo sucedido en Estados Unidos justamente por la brutalidad. Se nota la similitud entre ambos casos, agregó.
“En el caso de Jalisco el gobernador Enrique Alfaro había decidido tomar acciones policiales y represivas contra quienes no respetaran las medidas contra el coronavirus, algo que el Gobierno Federal mencionó en reiteradas ocasiones que no iba a hacer”, declaró el entrevistado.
Ambos casos, el de México y el de Estados Unidos, evidencian esta brutalidad policial, pero sobre todo “lo fallido que puede ser una medida policial en contra de quienes no respetan ciertas medidas sanitarias”, explicó.
Al tratar el tema de las consecuencias de las protestas actuales el entrevistado señaló que en México pueden llegar incluso a una probable desaparición forzada. En Jalisco tras las protestas por el asesinato de Giovanni el gobernador de ese estado respaldó más violencia todavía y hubo detenciones ilegales, enfatizó García.
“Eso avivó aún más las protestas. Pues no se supo en varias horas sobre el destino de varios detenidos”, relató el experto.
En un momento en que una ola de protestas contra la brutalidad policial se apodera de México tuvo lugar otro asesinato por parte de las fuerzas de seguridad. El pasado 10 de junio Alexander, un joven mexicano-estadounidense de 16 años, fue matado a balazos por policías en el municipio mexicano de Acatlán de Pérez Figueroa, en el estado sureño de Oaxaca. Es de esperar que las manifestaciones cobren incluso más fuerza.
Eco de las protestas contra la brutalidad policial en España
Las protestas en Estados Unidos provocaron el efecto dominó no solo en el continente americano, sino también en Europa. En particular, unas de las congregaciones multitudinarias tuvieron lugar en España.
Miles de personas salieron a las calles de Madrid para gritar que las vidas negras importan. Las convocatorias también se celebraron en otras localidades españolas y contaron con miles de participantes.
Pero, ¿por qué los eventos en un país tan lejano y diferente como Estados Unidos tuvieron una resonancia tan grande en la sociedad española?
La gente en España salió a protestar porque en el país hay elementos de sobra para denunciar el racismo tanto policial como institucional, declaró a Sputnik la investigadora de CELAG, Arantxa Tirado. Este fue el mensaje que mandaron los convocantes de la manifestación, que era la comunidad negro-africana y afrodescendiente, al menos en el caso de Barcelona, destacó.
“Uno de los lemas era Black Lives Matter —las vidas negras importan— y también hubo otro lema que decía All African Lives Matter —las vidas de todos los africanos importan— porque lo que vemos aquí es una población africana que está trabajando en la agricultura en condiciones de explotación, casi esclavitud; un maltrato increíble a estos jornaleros”, indicó.
Según Tirado, en España se observan también detenciones arbitrarias en función del color de piel y arrestos en los centros de internamiento de extranjeros —que se conocen como CIE—, y todos estos elementos estaban dentro de las denuncias aprovechando el caso de George Floyd en Estados Unidos.
“Por eso se decidió convocar esa manifestación que sirve para denunciar el racismo que existe en España, no solo en Estados Unidos, y no solo para solidarizarse con la lucha de los afroamericanos”, concluyó la entrevistada.
Consecuencias de las manifestaciones en EEUU, México y España
Las consecuencias son visibles en el caso de Estados Unidos: se está por volver a repensar toda la Policía de Minneapolis, responsable de la detención de George Floyd y de su muerte. Y se está proponiendo que las Policías en otros estados pasen por el mismo camino y que se revisen los protocolos de la acción policial, relató Aníbal García.
“También todo esto sucede en plena campaña electoral y el Gobierno de Trump tiene ahora otro nuevo frente. Las protestas en distintas ciudades han bajado más la aceptación del Gobierno de Donald Trump entre la población”, puso de relieve.
Por último, las protestas también pueden tener como consecuencia otro probable rebrote. El Gobierno de Estados Unidos ya anunció que esto podría suceder en las siguientes semanas, concluyó el entrevistado.
Las manifestaciones en diferentes países como Estados Unidos y México en algunos casos desencadenaron saqueos. Los manifestantes también dañaron la propiedad pública y privada. El país que sufrió más de los saqueos ha sido EEUU: allí algunos manifestantes en muchas ciudades atacaron tiendas u otros negocios.
En México los daños a establecimientos comerciales causados por manifestantes en las marchas del viernes 5 y lunes 8 de junio ascienden a 22 millones de pesos —casi un millón de dólares—. En España las protestas han sido mucho más pacíficas: los saqueos de menos escala tuvieron lugar en algunas localidades del país, como en Girona.
Sin duda, estas protestas de diferente escala pueden cambiar el funcionamiento de la Policía de varios países. Sin embargo, lamentablemente muchos de ellos están lejos de deshacerse de la brutalidad policial de una vez por todas.