PREVENCIÓN ANTE TODO Narcorridos: ¿influencia o simple música?
El escuchar narcocorridos ya se ha convertido en un fenómeno social y cultural que se ha arraigado en todo el país y para nadie es exagerado concluir que la influencia del narcocorrido está generando en los niños y jóvenes patrones de conducta negativos por imitar lo que escuchan y cantan, aunque no hay a ciencia exacta una realidad ante tal aseveración, a manera de especulación y simple percepción pareciera que esto fuera así, la cantidad de niños, niñas y adolescentes que “miran” a los personajes de los narcocorridos como “influencers” y por ende a su vez, añoran y tratan de imitar a los personajes de los narcocorridos, es preocupante.
Lo que si podemos aterrizar es que esta clase de música modifica la conducta del menor. Lo inquieta, lo seduce. Además de la forma de delinquir, las narco-canciones muestran las “bondades” de trabajar del lado de la “maña”.
La mente está llena de lo que ponemos en ella, a través de los estímulos visuales y auditivos, por lo tanto si todos los días le metemos información de las “bondades” del narcotráfico o de lo “fácil” que es ganar el dinero en ese mundo o de la diversión que se tiene a la mano, llegará un momento en que la mente lo creerá, la violencia será normal y como un fin para justificar los medios. Posturas psicológicas indican que el individuo es susceptible a los que sucede en su entorno; también proponen que el ser humano en la adolescencia no es maduro por completo y está formándose una percepción.
Las narco-canciones y narcocorridos no sólo se mantienen, están ganando terreno pero el combate efectivo no está en manos de la autoridad; son los padres de familia quienes tienen la batuta en la mano para marcar el ritmo que sus hijos deben llevar. Los narcocorridos deforman la mentalidad de los jóvenes pues los lleva a asimilar el modelo de vida del delincuente.
La narco cultura ha influido profundamente en los sectores sociales, principalmente en adolescentes y niños que sueñan con imitar a personajes ligados al narcotráfico en poder, dinero y armas. Gran parte de las conductas son aprendidas, si la sociedad permite que los niños y adolescentes vean con admiración, heroísmo y valentía, lo que se promueve en una canción y todavía que quieran imitar lo que ahí se dice, se formará carnada para ser presa fácil del crimen organizado.
¿Y qué tanto sabe la gente de lo que es el narcocorrido? Según una encuesta de la empresa Parametría, en México esta es la percepción:
76% sabe lo que es un narcocorrido.
69% piensa que reflejan la realidad del país.
90% ha escuchado algún narcocorrido.
37% dice escuchar frecuentemente narcocorridos.
15% ve a los narcotraficantes como héroes.
La normalización de la violencia así como el “mostrar” las bondades a través de las canciones son un factor que influye en el comportamiento, la música o las canciones por si solas no generan algún daño visible, sin embargo si además de la música que hace apología del delito de narcotráfico le sumamos las series, las novelas, los programas, la desintegración familiar, pobreza, falta de oportunidades laborales, adicciones, baja autoestima, mala comunicación con la familia, ocio, etcétera, esto puede generar una confusión en el niño o adolescente y termine viendo como “ídolos” a los narcotraficantes.
Es por ello que el papel de los padres como orientadores es fundamental, es un trabajo de formación integral, es por esto que no hay mejor acción que la prevención.
Marisol Madero Plascencia