La maldita autopista 57

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El domingo 23 de abril se reveló a través de un video el asalto a mano armada que un grupo de hombres con chalecos tácticos perpetraron en la autopista Puebla-Orizaba.

Se trató de un asalto masivo a conductores que circulaban a la altura de la comunidad Guadalupe Potreros.

El pretexto había sido una volcadura que paralizó la circulación.

Los hombres armados despojaron a los conductores que habían quedado atascados, e incluso bajaron a un chofer de tráiler y se llevaron su unidad.

La Alianza Mexicana de Organización de Transportistas, AMOTAC, acababa de dar a conocer que durante el primer trimestre de 2023 habían arreciado las denuncias por robo a transportistas: un promedio de 38 casos diarios entre enero y marzo.

Solo en enero se recibieron 47 denuncias.

Según la Cámara, en las carreteras de México el robo al autotransporte de carga se elevó en ese lapso 10.8% en relación con los mismos meses de 2022.

Sin embargo, en la autopista 57, considerada la espina dorsal del país, y que une la Ciudad de México con Nuevo Laredo, los robos se incrementaron 123.4%.

El tramo que va de San Luis Potosí a Matehuala es definido por las organizaciones como intransitable. Alimentos, artículos electrónicos y materiales de construcción son el objetivo principal de las organizaciones criminales que, de acuerdo con autoridades federales, han establecido sus cuarteles en las poblaciones de la ruta.

Interceptan a los transportistas, la mayor parte de las veces con lujo de violencia, y se llevan las unidades hacia bodegas repartidas a lo largo de la zona: luego, las mercancías son dispersadas hacia negocios que se hallaban bajo el control de los propios grupos criminales.

La carretera 57, en el tramo San Luis Potosí-Nuevo León, es controlada por una derivación de Los Zetas, el grupo conocido como Los Alemanes, que dirigió hasta su captura en septiembre de 2022, Alfredo Alemán Narváez, “El Comandante Alemán”.

De acuerdo con las denuncias, la célula de Alemán opera bajo la protección de agentes ministeriales y guardias nacionales.

Se trata de una ruta que atraviesan miles de migrantes cada año. Hace unas semanas, al iniciar el operativo de búsqueda de 25 pasajeros de un autobús que habían salido de Guanajuato y que desaparecieron en las inmediaciones de Matehuala, las autoridades lograron el rescate, no de los 25 tripulantes, en su mayoría migrantes, sino de más de 120 a los que el grupo criminal había privado de la libertad y mantenía en caminos de terracería y diversos puntos de la región.

Las asociaciones denuncian que en la 57, ante la completa falta de vigilancia —y en el fondo, con la complicidad de agentes ministeriales y guardias nacionales—, los asaltos ocurren, sin pausa, de la siete de la mañana en adelante.

Diversas empresas han prohibido ya a sus conductores la circulación nocturna, ante la ola creciente de robos que, según la AMOTAC, ocurren sobre todo en los tramos Matehuala-El Huizache y San Luis Potosí-Querétaro, así como en los entronques de San Felipe y Santa María del Río.

A fines de 2022 la Canacar denunció que más de 10,000 delitos contra transportistas se habían cometido ese año, y reveló que a las empresas les costaba conseguir operadores: de acuerdo con esa cámara, en el país había un déficit de 54 mil conductores de vehículos pesados.

Apenas en marzo, 57 turistas que transitaban en autobús por la 57 fueron asaltados. Lo perdieron todo, carteras, celulares, objetos de valor.

Otra señal de la incontenible presencia criminal en la zona se localiza en las extorsiones de que son presa los centros nocturnos de la región. A principios de año un ataque a diversos table dance, que culminó con la muerte de una persona y el secuestro de otras cuatro, tenía como telón de fondo el cobro de piso efectuado por células criminales.

Se ha determinado que los conductores son elegidos en las gasolineras donde paran a cargar o en los restaurantes donde se detienen a comer. El gobierno del San Luis Potosí habilitó hace poco unas cuantas patrullas en un esfuerzo inútil por parar la inseguridad.

Los robos, los secuestros, los asesinatos (como el del empresario Lorenzo González Villarreal, fundador de la compañía de lácteos La Lechera, ocurrido en febrero pasado), siguen sacudiendo la espina dorsal de México, la maldita carretera 57, en donde el fracaso de la Guardia Nacional está a la vista, y en donde a la gente, sencillamente, le han arrebatado la noche.

 

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