Si el río suena, agua lleva
El Instituto Nacional de Transparencia es un organismo público autónomo encargado de proteger el derecho a la información y los datos personales de los mexicanos. Su función es garantizar la transparencia en las inversiones gubernamentales y fomentar la rendición de cuentas.
El instituto tiene la autoridad para denunciar cualquier violación a la Constitución en sus acciones. Funciona con siete comisionados encargados de emitir resultados, pero aún faltan tres nombramientos para que su junta de consejo sea válida. Este asunto sigue pendiente en la cámara de senadores.
Por razones desconocidas o más bien conocidas, el Senado no ha realizado los nombramientos desde hace 10 meses. Aunque hace un mes nombró a dos comisionados, éstos fueron vetados por López Obrador sin explicación alguna. La pandilla de Morena, por órdenes superiores, está obstaculizando estos nombramientos.
Se entrevistó al presidente de la cámara de senadores para cuestionar el retraso, pero sólo respondió con vaguedades, evidenciando su apoyo a esta dilación provocada por Morena. Adán López también afirmó que es difícil que se realicen los nombramientos en el periodo de sesiones que terminará a fines de abril, aunque no le corresponde afirmarlo.
Este retraso es ocasionado por el gobierno a través de Morena, como instrumento, y obviamente por López Obrador, con el claro deseo de que no haya transparencia en las actividades gubernamentales. Las intenciones son claras, no quieren transparencia.
¿Qué temen? ¿Qué buscan? ¿Qué pretenden? ¿Alterar los números? ¿No darlos a conocer? ¿Tienen trampas que ocultar? ¿Tienen miedo a la verdad? Al final del día, son sólo números que deben ordenarse e informarse. Por eso, como dice el refrán: “si el río suena, agua lleva”.