El México que todos merecemos
El domingo por la mañana descubrí cuál es el México que quiero para mí, para vivir, cuál es el México que quiero para que viva mi hija y, si llegaran, cual es el México que deseo para mis nietos y los tuyos.
Cuál es el México que quiero para todos, y lo digo de corazón, para todos los mexicanos.
Ese México de respeto, de educación y de una civilidad admirable.
Éramos cientos de miles, inconformes y hasta molestos, aun así, los negocios abiertos sin ningún temor de ser vandalizados.
Ni un solo empujón.
Ni una sola agresión.
Ni un solo rayón en las paredes.
Ni un solo papel en el piso.
Caminamos sin miedo.
Con la sonrisa en la cara de sabernos seguros y libres junto a gente que jamás vi antes pero que nos unía solo una cosa…
El amor a un gran país.
Un país que se niega a la división entre mexicanos, un país que no quiere vivir arrodillado.
Vi a un México que al fin tendrá al gobierno que merece.
Y me quedo con la esperanza que mi país es mucho más que esto que nos está pasando y que si se puede enderezar.
Al escuchar la música de mi himno nacional la piel se eriza, no lo canté, lo grité, lo sentí, lo lloré y me volví a enamorar de mi patria.
Ese México es el que deseo para todos los mexicanos y porque no para toda la humanidad.
Deseo sin duda que se acorten las brechas de la desigualdad, de la ignorancia, pero siempre levantando al que menos tiene y que no tiene oportunidades. Se siente bien saber que no somos tan poquitos y que los que ahí estábamos, estamos del lado correcto de la historia, que somos los buenos.
No hay que darnos por vencidos.
Gracias México
¡¡¡Si se puede!!!