El recolector de basura merece reconocimientos
El recolector de basura merece una plataforma de reconocimientos en el México querido y en todo el mundo. Más para tal logro, se requiere la cooperación de los mejores comunicadores, y tal vez ellos, lleguen a enterarse, si nos ayuda una en especial, misma que me corrige mis textos últimamente, pues es una linda propulsora de energía laboriosa y de dinamismo en la comunicación periodística moderna.
Con la ayuda de un comunicador de la radio, propuse a Marcelo Ebrad, cuando era el titular del gobierno de la ciudad, que adoptara un amplio programa de resignificación del trabajo inmensamente riesgoso y sacrificado de los trabajadores que barren nuestras calles y nos recogen la basura diaria. Pero el tal servidor público solo sirvió para responder: “¡ay no, no me los alboroten!”.
Con tan “gallarda y solidaria” respuesta, terminé el comentario señalando, que era un desperdicio la entrevista radial. Y que las manos de Ebrad, no sabrían de los callos por barrer, con una escoba pesada y por horas y horas. Que sus prendas perfumaditas, no se mezclarían con las pestilencias de los botes del tamaño de un barril, que son empujados con el esfuerzo casi titánico, ya que les enciman grandes apilamientos de basura y deshechos.
Aquellos que tenemos el privilegio de tener calles limpias y saneadas nuestras casas, al retirar a tiempo toda clase de desperdicios, hemos sabido de las numerosas muertes muy adelantadas de tales servidores que, en muchas ocasiones, ni contrato por escrito llegan a tener. Pero que el ambiente contaminante y la mala alimentación, conjuntamente con
el consumo de otras sustancias adictivas, les merman la calidad y duración de la vida.
Son los más importantes trabajadores de la salud pública, desde que inicia cada día y no tener prestaciones más amplias y generales, los hacen víctimas de la explotación de supuestos líderes envilecidos. Y desde luego por la complicidad del comodísimo oficial, como del afrancesado monsieur Ebrad y sus émulos en el mismo estatus en la Ciudad de México.
¿Me estás oyendo Claudia Sheinbaum?
Necesitamos a los periodistas de mayor rango en la comunicación social, y se logrará un tratamiento legal y especial para dichos trabajadores destacadísimos en la salud ambiental. En lo personal donaría un predio si se le coloca un monumento al recolector de basura. En lo colectivo, debemos también lograr que un día al año sea para el reconocimiento social y oficial en todo el mundo y todos los días saludemos y estimulemos a tan vitales y auténticos servidores públicos.
Nada más y nada menos sensibles lectores ambientalistas.