80 kilómetros que son tierra de nadie

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María de Lourdes fue herida de un balazo en la cabeza en la autopista México-Cuernavaca, a la altura de La Pera. Ocurrió el fin de semana pasado.
La joven viajaba hacia Morelos en compañía de una amiga. Hacia las ocho de la noche, una camioneta Jeep se les emparejó e intentó cerrarles el paso.
Las viajeras no obedecieron. Uno de los dos hombres que iban a bordo de la camioneta abrió fuego. María de Lourdes, de 27 años, resultó herida. Murió minutos más tarde en el hospital José G. Parres.
Su acompañante denunció que en el trayecto de La Pera al hospital no apareció una sola patrulla de la Guardia Nacional.
Desde hace años ocurren cosas tanto en la autopista México-Cuernavaca como en la carretera federal (sin cobro de peaje).
Las denuncias coinciden: Huitzilac, Tres Marías y La Pera son los puntos en que actúan bandas violentas de asaltantes.
En 2019 se recibieron 310 denuncias relacionadas con asaltos a mano armada, la mayor parte de los cuales ocurrieron entre las ocho de la noche y la una de la mañana. No obstante, 88 casos se dieron bajo la luz del sol, entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde.
En febrero pasado, automovilistas reportaron que delincuentes colocaban piedras sobre la pista, para forzar a los conductores a detenerse.
Está aún fresco el caso de tres jóvenes trabajadores del Instituto Nacional de Salud Pública cuyo rastro se perdió en los límites de la Ciudad de México y Morelos: el pasado 12 abril, Noemí Guadalupe, de 32 años, y los hermanos Enrique y Javier García Díaz, de 34 y 29 respectivamente, regresaban a Cuernavaca a bordo de un Jetta, después de una cita médica.
Permanecieron desaparecidos a lo largo de dos días. El viernes 14 de abril sus cadáveres aparecieron en un camino de terracería de la comunidad Fierro del Toro, en Huitzilac.
Según reportes de inteligencia, esa es la zona de operación de una banda criminal bautizada como Los Netos e integrada por los hermanos Ernesto Ibarra Torres, “El Neto”, y Heriberto Ibarra Torres, “El Pollo”.
A este grupo pertenece Luis Alberto Ibarra Ramírez, “El Diablo”, al que se acusó del asesinato de los trabajadores del INSP y quien pese a su historial violento fue liberado porque la jueza que llevó el caso consideró que los datos de prueba aportados no fueron suficientes.
Los Netos están en el radar de los servicios de inteligencia desde hace años. Se sabe que en 2021 establecieron una alianza con el grupo de Los Bolillos, encabezado por tres hermanos de apellido Rosas Hernández, “los cuales el día de hoy están muertos”.
Los Netos se mueven sobre todo en la autopista México-Cuernavaca, entre el arco metálico que señala el fin de la CDMX y la curva conocida como La Pera.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, la carretera federal, en cambio (entre Parres y Tres Marías) se halla bajo el dominio del grupo conocido como Los Chuchas. Un enfrentamiento entre las dos bandas, ocurrido hace unos meses en las cercanías de la estación de servicio Covadonga –por donde se conectan ambas carreteras–, derivó en la muerte de dos sicarios de este último grupo: José Guadalupe Cano y Antonio Villalba Rodríguez.
Los reportes de las autoridades indican que además del asalto carretero a mano armada, la extorsión y el secuestro exprés, ambas bandas tienen metidas las manos en la tala clandestina, el despojo de tierras y el narcomenudeo.
Un tercer grupo es identificado como Los Panales, que actúan sobre la carretera Hutzilac-Lagunas de Zempoala-Santa Martha, y se hallaban bajo el mando de José Luis Eslava, “El Rey”.
Apenas el 7 de mayo pasado, durante un bloqueo de la autopista realizado por el Movimiento Campesino Siglo XXI, que reclamaba pagos por la ampliación de la carretera y en el cual miles de automovilistas quedaron varados a lo largo de ocho horas, grupos de asaltantes aprovecharon la oportunidad para efectuar robos violentos. En ese lapso se realizaron 22 denuncias.
Poco más de 80 kilómetros separan la Ciudad de México de Cuernavaca. Sin embargo, la Guardia Nacional no alcanza a abarcarlos. El comisario en Morelos, Gaudencio Ramos, ha reconocido que las patrullas de que dispone para cubrir la región no son suficientes, y dice que, aunque ha solicitado refuerzos en la Mesa de Seguridad, estos sencillamente no llegan.
Tras la privación de la libertad y el asesinato de los tres jóvenes hallados Huitzilac, José Antonio Ortiz Guarneros, titular de la Comisión Estatal de Seguridad, recomendó a la gente que mejor no se detuviera en el camino “a ninguna hora del día”.
Solo 6 cámaras de vigilancia operan en uno de los trayectos más peligrosos de México: 80 kilómetros que son tierra de nadie, y en los que comerciantes y habitantes de Huitzilac han denunciado incluso el contubernio de los delincuentes con la Guardia Nacional y las policías estatal y municipales.

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